Sacramento del Matrimonio y la Iglesia Católica

El matrimonio es un acto sagrado bajo los ojos de Dios. Conozca en este artículo la importancia y el valor del sacramento del matrimonio para la iglesia católica, una unión entre hombre y mujer que será inseparable y eterna.

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El valor del Sacramento del Matrimonio

Ante los ojos del Señor, el matrimonio entre dos cristianos bautizados es un acto de unión que durará toda la vida, basado en el amor y ante cualquier adversidad. Ahora bien, hagamos primero un mayor entendimiento sobre en qué consiste dicha unión, antes de hablar del sacramento del matrimonio.

El matrimonio consiste en una alianza, realizada entre hombre y mujer, con la finalidad de que los cónyuges formen un equipo inseparable, que tiene como objetivo ayudarse, apoyarse mutuamente ante la adversidad, procrear, y consecuentemente educar a sus hijos.

Para que en el matrimonio no existan conflictos de alguna naturaleza, los cónyuges deben aceptar al otro tal y como es, y que ambos aporten lo que tienen, alcanzando juntos sus objetivos y la salvación ante los ojos de Dios.

El matrimonio tiene como base el amor entre los cónyuges, un amor que ante los ojos de Dios es para toda la eternidad, entregándose en cuerpo y alma a su amor, complementándose mutuamente como personas.

Ahora bien, existe el matrimonio civil, que es una forma de unirse frente a alguna autoridad social y legal, dando validez ante el estado la unión de dos personas que se aman. No obstante, es una forma de unirse que no es válida para los cristianos católicos.

Entonces, ¿qué es el sacramento del matrimonio?

El sacramento del matrimonio es entonces, según lo dictado por la Iglesia Católica, la unión entre Jesucristo y la Iglesia, lo que le otorga a los cónyuges o contrayentes la gracia de poder amarse en cuerpo y alma por la eternidad; un amor tal como el de Cristo hacia su iglesia.

De esta manera, el matrimonio se torna indisoluble, dando la santidad al mismo para su eterna unión. Sobre el sacramento del matrimonio, Pablo dice:

  • «Maridos, amad a vuestras mujeres como Cristo amó a la Iglesia…Gran misterio es éste, lo digo con respecto a Cristo y la Iglesia».

El matrimonio de cristianos bautizados, ante los ojos del creador, es elevado a la gloria del sacramento con la gracia de Jesucristo; es una unión que nace con la institución de Dios.

Los objetivos y fines del matrimonio

Cuando se está llevando a cabo un matrimonio, la pareja debe tener en mente que, aunque sea un acto de unión bajo libertad (porque nadie los obliga a casarse), se debe tener en mente que, así como el Estado otorga derechos, también concede obligaciones.

Una persona acepta un trabajo por su voluntad, pero debe saber que debe tener la responsabilidad para cumplir sus obligaciones laborales.

De esta manera, el matrimonio hace que los cónyuges deban no solo entregarse en cuerpo y alma a su amor, sino también a cumplir la voluntad de Dios, reproducirse y criar a los hijos nacidos dentro de la unión conyugal. Luego del acto matrimonial, apoyarse mutuamente para alcanzar la salvación y su desarrollo mutuo como personas, cumpliendo con los mandamientos que estipula la biblia.

Asimismo, la fidelidad es una obligación en el sacramento del matrimonio, ya que es un vínculo producto del amor, que debe ser fiel como el amor de Dios para con nosotros. Ante los ojos de Dios es un acto sagrado, indisoluble, con lo cual la fidelidad debe ser total, inviolable, en el cual ambos cónyuges centran sus vidas en el amor de Cristo a su iglesia.

Si te pareció interesante este post, te invitamos a leer nuestro artículo sobre: Oración por el matrimonio.

La paternidad en el sacramento del matrimonio

En principio, el matrimonio ocurre cuando la pareja, en su amor mutuo, se entrega en cuerpo y alma ante Cristo, y con total fidelidad, para que posteriormente, debido a la naturaleza sexual de las personas, se realice lo que se conoce como «acto conyugal» o “la consumación del matrimonio”; es Dios quien sella el vínculo una vez sea consumado el matrimonio.

Debido al acto conyugal, uno de los objetivos del matrimonio se cumple: la procreación. La paternidad es uno de los objetivos inherentes al sacramento del matrimonio.

Este don otorgado por el Creador, les da a los cónyuges la libertad para decidir cuántos hijos traerán al mundo, y tendrán la obligación de criarlos en un hogar cristiano con educación y valores, además, de un profundo amor, debido a que los hijos son una bendición otorgada por Dios.

¿Y si el matrimonio tiene dificultades?

Existen muchas razones por las que, un matrimonio puede enfrentarse a dificultades, pero, se debe recordar que, al llevar a cabo este acto sagrado, la pareja se comprometió a «serte fiel en la prosperidad y en la adversidad, en la salud y en la enfermedad» promesa que es hecha ante los ojos de Dios.

Es de esta manera que el matrimonio se sella, luego con la consumación, se afianza la unión como un acto sagrado indisoluble. De tal manera, si existe alguna adversidad, tal como la dificultad para convivir sanamente, ambos pueden acudir a la separación, pero sin dejar de ser marido y mujer ante Dios, con lo cual no está permitido que cualquiera de los dos contraiga una nueva unión.

Pues, cuando se separan, la pareja debe vivir su separación en fidelidad, y la Iglesia Católica exhorta a la comunidad cristiana a promover la reconciliación de la pareja.

Ahora bien, según el país donde radiquen los cónyuges, se puede llevar a cabo, por leyes civiles, el divorcio, aunque ante los ojos de Dios siguen siendo marido y mujer, porque la unión fue sellada como acto sagrado e inquebrantable.

Si alguno, o ambos, de los divorciados contraen una nueva unión, ésta no será válida para la Iglesia Católica, fiel a la palabra de Cristo, quien decía que:

  • «quien repudie a su mujer y se case con otra, comete adulterio contra aquella; y si ella repudia a su marido y se casa con otro, comete adulterio».

Ante la adversidad, la mejor forma de salir de ésta debe ser la oración, y colocar a Cristo como centro de las vidas de ambas partes del matrimonio, para que de esa manera puedan resolver sus problemas y alcanzar la reconciliación.

En conclusión

El sacramento del matrimonio otorga a los cónyuges bautizados católicos la capacidad de amarse con un amor, tal como el de Cristo a su Iglesia, que tiene como objetivo ayudar a la pareja a desarrollarse plenamente como personas.

Asimismo, es una unión fecunda, donde la pareja obtendrá el don de la paternidad; y cada uno de sus hijos es una bendición de Dios.

Si quieres aprender aún más sobre la importancia, significado y el valor del sacramento del matrimonio, el siguiente vídeo dará respuesta a sus dudas:

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