Oración El Credo

Particularmente en los primeros cien años después de la muerte de Cristo, la iglesia se enfrentó al problema de tener diferentes puntos de vista sobre temas tales como si él era verdaderamente Dios y también si tenía una naturaleza humana o divina.

De estas disputas, la iglesia formuló declaraciones de fe, que hasta el día de hoy forman una parte importante de la forma en que los cristianos expresan su fe.

Ahora vemos tres oración el credo importantes que dan un resumen de la creencia cristiana, de ahí su nombre que proviene de «Creo», el creer en Dios.

¿Cuáles son las diferentes oraciones del Credo?

Apóstoles

“Creo en Dios, el Padre Todopoderoso, creador del cielo y de la tierra.

Creo en Jesucristo, su único Hijo, nuestro Señor, que fue concebido por el Espíritu Santo, nacido de la Virgen María, sufrió bajo Poncio Pilato, fue crucificado, muerto y enterrado; descendió a los muertos.

Al tercer día resucitó; ascendió al cielo, está sentado a la derecha del Padre, y vendrá a juzgar a los vivos y a los muertos.

Creo en el Espíritu Santo, la santa Iglesia católica, la comunión de los santos, el perdón de los pecados, la resurrección del cuerpo, y la vida eterna.

Amén”.

Niceno

“Creo en un solo Dios, el Padre Todopoderoso,

creador del cielo y de la tierra,

de todas las cosas visibles e invisibles.

Creo en un solo Señor Jesucristo,

el Hijo Unigénito de Dios,

nacido del Padre antes de todos los tiempos.

Dios de Dios, Luz de Luz,

Dios verdadero de Dios verdadero,

engendrado, no hecho, consustancial

con el Padre;

Por medio de él todas las cosas fueron hechas.

Por nosotros los hombres y por nuestra salvación

bajó del cielo,

y por el Espíritu Santo se encarnó

de la Virgen María,

y se hizo hombre.

Por nosotros fue crucificado.

bajo Poncio Pilato,

sufrió la muerte y fue enterrado,

y se levantó de nuevo al tercer día

de acuerdo con las Escrituras.

Subió al cielo

y está sentado a la derecha del Padre.

Él vendrá de nuevo en gloria

para juzgar a los vivos y a los muertos

y su reino no tendrá fin.

Creo en el Espíritu Santo,

el Señor, el dador de la vida,

que procede del Padre y del Hijo,

que con el Padre y el Hijo

es adorada y glorificada,

que ha hablado a través de los profetas.

Creo en uno, santo, católico,

y la Iglesia apostólica.

Confieso un solo bautismo para el perdón de los pecados

y espero con ansias la resurrección

de los muertos y la vida del mundo venidero.

Amén”.

Calcedonio

“Siguiendo, pues, a los santos padres, nos unimos para enseñar a todos los hombres a confesar al único y único Hijo, nuestro Señor Jesucristo. Este mismo es perfecto tanto en deidad como en humanidad; este mismo es también en realidad Dios y en realidad hombre, con un alma y un cuerpo racionales.

Él es de la misma realidad que Dios en lo que concierne a su deidad y de la misma realidad que nosotros mismos en lo que concierne a su humanidad; así como nosotros en todos los aspectos, el pecado sólo está exceptuado.

Antes de tiempo fue engendrado por el Padre, con respecto a su deidad, y ahora en estos «últimos días», para nosotros y para nuestra salvación, este mismo nació de María la virgen, que es portadora de Dios con respecto a su humanidad.

También enseñamos que comprendemos a éste y único Cristo-Hijo, Señor, unigénito en dos naturalezas; y lo hacemos sin confundir las dos naturalezas, sin transmutar una naturaleza en otra, sin dividirlas en dos categorías separadas, sin contrastarlas según su área o función.

El carácter distintivo de cada naturaleza no es anulado por la unión. En cambio, las «propiedades» de cada naturaleza se conservan y ambas naturalezas coinciden en una «persona» y en una realidad.

No están divididos o cortados en dos personas, sino que son juntos la única y unigénita Palabra de Dios, el Señor Jesucristo.

Así nos han testificado los profetas de antaño; así nos enseñó el mismo Señor Jesucristo; así nos ha transmitido el Símbolo de los Padres”.

Oración el Credo

¿Qué se pide en El Credo?

Cuando rezas el Credo, dices: “Yo creo en un solo Dios”, “Yo creo en un solo Señor Jesucristo”, “Yo creo en el Espíritu Santo”. Te describe a ti y a lo que crees. Es un resumen de las verdades centrales de tu fe. Lo profesas como algo importante para ti, algo que les dice a los demás sobre ti.

Por tanto, no es una oración en la que podamos o estemos pidiendo algo, como si ocurre con la de San Judas Tadeo, las oraciones poderosas o La Magnífica, aquí estamos diciéndole a Dios que creemos en el, que tenemos fe.

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