Si estás sufriendo alguna enfermedad en tus ojos o conoces de alguien, que esté padeciendo alguna dolencia en su vista, prueba el realizar alguna oración a Santa Lucía; para que así, tu petición se cumpla, para poder encontrar la sanación a manos de Dios.
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Santa Lucía la virgen de la salud ocular
Santa Lucía es uno de los santos católicos más invocados por las personas en el mundo, ello se debe a lo que representa y protege; que son a las personas ciegas o que padecen cualquier problema o enfermedad relacionada con los ojos.
Muchas personas creyentes alrededor del mundo, le dedican todo tipo de devociones y oraciones para que sus ojos puedan ser curados o se sanen de la enfermedad que están padeciendo.
Desde luego, nada de esto servirá si no se hace con mucha fe, con mucha seguridad y esperanza de que nuestra oración a Santa Lucía va a ser escuchada y cumplida.
Un poco de la historia de esta Santa Patrona
Santa Lucía, nace en Siracusa (Italia) en el año 283 d.C., viene de una familia noble y sumamente adinerada; en la que, desde pequeña, se inculcó las enseñanzas y los valores cristianos, siendo una ferviente devota a Dios hasta el día de su muerte.
Lamentablemente, perdió a su padre a corta edad, desde entonces, su madre se encargó de toda la educación y todas las enseñanzas a su hija; fue ella quien inculcó a Lucía las enseñanzas religiosas y más, todas las conductas que identifican a la niña.
Como dijimos, era una ferviente religiosa del catolicismo desde pequeña; incluso tanto era su amor por Dios y todo lo relacionado a él, que ofreció su virginidad; un voto que mantuvo en secreto durante mucho tiempo en su vida. Una de las características más relevantes de Lucía de Siracusa, eran sus hermosos ojos; que se decía que eran tan bellos, que irradiaban todo el amor a Cristo.
El milagro de Santa Lucía hacia su madre
En cierto momento de su vida, la madre de Lucía enfermó gravemente y en una desesperada búsqueda de medicinas y métodos para poder curarse; no pudo encontrar algo factible para ello. Además, la madre de Lucía, le había buscado un pretendiente para casarla con su hija (su madre aún no sabía de este voto); por lo que la niña buscaba maneras para impedir esta unión.
Aprovechando la enfermedad «incurable» de su madre y también por el mismo amor que su hija le tenía, logró convencerla de que ambas fueran a peregrinación; si Lucía lograba que su madre se curara, ésta desistiría de la unión con el joven pagano, para que la niña pudiera mantener su voto de castidad y virginidad por el resto de su vida.
Ambas fueron a la tumba de Águeda, para ofrecer sus oraciones a Dios, y Él pudiera curar a su madre; esto resultó ser un éxito, pues su madre, pudo curarse de manera instantánea. Finalmente, a la madre no le quedó otra opción que dejar que su hija, Santa Lucía, ejerciera su voto y dedicarse plenamente al servicio de Dios.
La muerte de Santa Lucía
Lamentablemente, el pretendiente que se iba a casar con Lucía, se enteró de todo eso e informó a las autoridades romanas y tomaron acciones; quienes la capturaron y la obligaron a entrar a un burdel para prostituirse y así perder su voto de virginidad.
Desde luego, Dios no dejó sola a la niña y la ayudó frustrando los planes de los romanos, haciéndola totalmente inmóvil, tanto así que ni 5 hombres eran capaces de moverla; por lo que no pudo ser llevada al prostíbulo. Luego, la intentaron quemar, pero el Padre la ayudó una vez más, haciéndola inmune al daño por fuego.
Después, las autoridades le arrancaron los ojos; pero Dios no la dejó sola así que le restauró la vista de nuevo, con otro par de ojos. Finalmente, terminó siendo decapitada por una espada, que le provocó la muerte; Santa Lucía muere en el año 304 d.C., a la edad de 21 años.
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Oración a Santa Lucía
A continuación, te diremos 2 oraciones que puedes dedicarle a esta santa devota para que pueda curar tus ojos o los de un familiar y/o amigo; ora con mucha fe, pues es lo más importante.
Primera oración a Santa Lucía
“Oh Bienaventurada y amable Virgen Santa Lucía”.
“Universalmente reconocida por el pueblo cristiano”
“Como especial y poderosa abogada de la vista”.
“Llenos de confianza a ti acudimos”.
“Pidiéndote la gracia de que la nuestra se mantenga sana”.
“Y le demos el uso para la salvación de nuestra alma”.
“Sin turbar jamás nuestra mente en espectáculos peligrosos”.
“Y que todo lo que ellos vean se convierta en saludable”.
“Y valioso motivo de amar cada día más a Nuestro Creador”.
“Y Redentor Jesucristo, a quien por tu intercesión”.
“Oh protectora nuestra; esperamos ver y amar eternamente”.
“En la patria celestial”.
“Amén”.
Segunda Oración a Santa Lucía
“Santa Lucía, que de la luz recibiste tu nombre, a Ti confiadamente acudo para que me alcances la luz celestial que me preserve del pecado y de las tinieblas del error”.
“También te imploro me conserves la luz de mis ojos, con una abundante gracia para usar de ellos según la voluntad de Dios”.
“Haz, Santa Lucía, que, después de haberos venerado y haber agradecido este ruego, pueda finalmente gozar en el Cielo de la luz eterna de Dios”.
“Amén”.
Tercera oración a Santa Lucía
“Oh grandiosa y bienaventurada Santa Lucia, tú que eres universalmente reconocida por todo el pueblo cristiano como alguien especial y alguien poderoso, tú que eres la abogada de aquellas personas que tienen problemas con la vista”.
“Hoy acudo ante ti, con toda la confianza y toda la fe que tengo”.
“Te pido la gracia de que mi vista ayudes a mantener siempre sana, para que así pueda seguir usándola para poder darle la salvación a mi alma y nunca llegar a perturbarla con esos actos deshonrosos y peligrosos”.
“Ayúdame a que mis ojos solamente vean lo que es realmente bueno para ellos y que todo lo que vean sean un símbolo de amor para ti y para nuestro creador y redentor Cristo Jesús”.
“A quien, a través de tu misericordiosa intersección, espero poder llegar a ver algún día y poder amarlo eternamente”.
“Por los siglos de los siglos”.
“Amén”.
Algunas recomendaciones
Si quieres que se logre una mayor conexión entre tú y Santa Lucía, para que tu plegaria sea escuchada por Dios; puedes realizar, antes de cada oración una cadena de oración de Padre Nuestro, Ave María y Gloria, repitiendo 3 veces cada una. Recuerda pedir tu intención y seguir con tus plegarias.
No dudes de que tus plegarias no sean escuchadas y recuerda también dedicarle tiempo; pues incluso, nosotros debemos estar dispuestos a darle algo a nuestro Padre, por sus milagros. En el siguiente vídeo, podrás encontrar más oraciones a esta virgen devota.