Oraciones para conseguir novia

La oración a San Antonio de Padua es la que puede servirte en la búsqueda de esa anhelada novia.

«Tú que estas lleno de gloria, amor, bondad y muchas virtudes que Dios te otorgo para que pudieras realizar grandes milagros para las personas de este universo tan grande.

Te aclamo hoy a ti que eres bueno con todo aquel que necesita tu ayuda, que eres piadoso con todo aquel que busca la felicidad de tener un amor ideal a su lado, tú que estas amor te imploro puedas concederme la dicha y la felicidad de poder encontrar el amor que me acompañara siempre, para poder encontrar a esa persona ideal, mi otra mitad, el complemento a mi vida, la pieza que me falta para armar mi mundo.

Te pido que me ayudes a encontrar esa alma gemela que espera por mí que piensa en mí, preguntándose también en que parte del mundo estaré, pensando en el momento que podamos unir nuestras mentes, nuestro cuerpo, nuestro espíritu, nuestros corazones.

Sé que tú me escucharas y me ayudaras con mis plegarias pidiendo por mí al niño Jesús con quien estuviste siempre y al dios padre todo poderoso que te brindo de tantos dotes, de gloria y bendición para que así mi alma encuentre la felicidad junto a mi amor eterno».

Amén.

¿Quién fue San Antonio de Padua?

Oraciones para conseguir novia

San Antonio nació como Fernando Martins en Lisboa, Portugal. Nació en el seno de una familia acomodada y a los quince años pidió ser enviado a la Abadía de Santa Cruz en Coimbra, la entonces capital de Portugal. Durante su estancia en la abadía, aprendió teología y latín.

Tras su ordenación sacerdotal, fue nombrado maestro de ceremonias y responsable de la hospitalidad de la abadía. Cuando los frailes franciscanos establecieron una pequeña ermita en las afueras de Coimbra dedicada a San Antonio de Egipto, Fernando sintió el deseo de unirse a ellos. Finalmente, Fernando recibió permiso para dejar la abadía y poder unirse a la nueva orden franciscana. Cuando fue admitido, cambió su nombre por el de Antonio.

En 1224, Francisco confió a Antonio los estudios de sus frailes. Antonio tenía un libro de salmos que contenía notas y comentarios para ayudar en la enseñanza de los alumnos y, en una época en la que aún no se había inventado la imprenta, lo valoraba mucho.

Cuando un novicio decidió abandonar la ermita, robó el valioso libro de Antonio. Cuando Antonio descubrió que había desaparecido, rezó para que lo encontraran o se lo devolvieran. El ladrón devolvió el libro y, en un paso más, lo devolvió también a la Orden.

Se dice que el libro se conserva hoy en el convento franciscano de Bolonia. Antonio enseñó ocasionalmente en las universidades de Montpellier y Toulouse, en el sur de Francia, pero se desempeñó mejor en el papel de predicador.

Su enseñanza de la fe católica era tan sencilla y rotunda que los más iletrados e inocentes podían entender sus mensajes. Por eso fue declarado Doctor de la Iglesia por el Papa Pío XII en 1946.

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