En algunas ocasiones las personas pueden verse envueltas en situaciones muy desagradables, o están pasando un momento en sus vidas muy difícil y necesitan protección. Pero cuando esta protección trasciende el plano terrenal se ven en la búsqueda por una alternativa para protegerse espiritualmente, en esos casos existe una poderosa y efectiva oración a San Cipriano para la protección.
San Cipriano es conocido por ayudar a todo el que lo pida contra la magia negra, la envidia, los malos amigos o simplemente para limpiar todas las malas energías que a veces se acumulan y cuando esto sucede desencadenan hechos no tan agradables, para eso está esta oración a San Cipriano para protección.
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Oración a San Cripriano
Para que esta petición sea más efectiva, se recomienda ofrecer al santo una vela y encenderla antes de recitar la oración, para dar luces al santo e iluminar el camino de las plegarias, luego recitar las siguientes palabras:
“En el nombre de Dios Padre Todopoderoso, yo te invoco, San Cipriano, en este momento y en esta santa hora con todo mi ser, para que me libres de todo peligro, daño físico y espiritual que a mi intente siquiera llegar o sea enviado por seres malignos, o enemigo no declarado, libérame de traiciones, líbrame de todo animal rabioso y venenoso, líbrame de hechizos maléficos, que vengan de todos sentidos, y dirígeme con total seguridad
y plenitud en mi viaje por el mundo.
Aclara e ilumina mi camino San Cipriano Protector, aleja de él, todos los peligros
y seres que me puedan robar, dañar, ultrajar. Te ruego Santo Amado, intercedas por mí ante la vista de Dios Todopoderoso, para que me perdone Y me libre del pecado. Acoge pues San Cipriano misericordioso, mi plegaria, y haced por vuestra clemencia,
que yo y los que estemos estemos atados por el lazo de la culpa, seamos desatados y absueltos por Dios Padre, gracias a tu Bendita intercesión.
San Cipriano, protector de tus fieles y devotos, yo me entrego a tus milagrosas y bondadosas manos, para que me otorgues la protección y puedas alejar de mí
a los malos amigos y a toda persona que quiera hacerme daño, a las malas compañías y
te ruego que me ayudes a librarme de todas mis deudas, sean físicas o espirituales,
enséñame como saldarlas para mi bien y el bienestar de todos aquellos que me rodean.
En tu santo nombre, Poderosísimo San Cipriano,
te pido con fe y esperanza, para que me socorras con tu majestuoso poder,
me guíes y protejas de todo mal y te pido que quites todo obstáculo que haya en mi camino, líbrame de todo trance, de toda amenaza real o ficticia y de las malas lenguas, protégeme de todo aquel que me desee mal o pretenda perjudicarme, aleja de mí; a personas traidoras, violentas, envidiosas y bandoleras, Líbrame por siempre del mal.
Amén”.
Luego de esta oración se recomienda rezar, tres padre nuestro, tres ave maría y un gloria, dejar que se consuma la vela en su totalidad y esperar porque las cosas mejoren. Algunas personas encienden una vela cada martes para San Cipriano en petición o en agradecimiento por su intervención divina.