Un sacerdote mexicano da consejos a los padres para celebrar la fiesta de Halloween
1. Como telón de fondo debemos tener esta convicción: Halloween no es una fiesta de origen pagano ni tiene una conexión con el satanismo. Es una festividad de orígenes cristianos que debemos recuperar, dándole su sentido auténtico.
2. Disfrazarse no implica participar en rituales satánicos.
3. Hay que evitar el consumismo inmoderado, sin dejarse arrastrar por los vaivenes de la moda.
4. Hay que tener cuidado con el gusto por lo tenebroso, por lo tétrico, como son vampiros, brujas,demonios, hombres-lobo…
5. Se puede motivar el uso de disfraces que no sean tétricos. Se está difundiendo en el mundo secular la costumbre de disfrazarse con trajes de princesa, payasos, vaqueros, superhéroes, etc. Y en el mundo cristiano está cada vez más extendida la práctica de vestirse de ángeles, personajes bíblicos y santos.
6. Hay que recordar que uno de los eventos que los niños más esperan cada otoño es el Halloween. Como hemos visto, se trata de una celebración que, aunque inició en nuestro entorno cultural, muchos mexicanos la han adoptado sólo como una noche divertida por aquello de los dulces y los disfraces.
7. Por lo tanto, si sales con tus hijos a pedir golosinas asegúrate de que vayan en grupos y con adultos responsables. Llevar una linterna y ponerle cinta reflejante a los tenis, a la espalda del disfraz y a la bolsita en donde recibirán los dulces. Caminar solamente sobre las banquetas. No correr. Usar máscaras y disfraces que no arrastren ni bloqueen la visión. No tocar en casas muy oscuras. Elegir las casas que están decoradas, pues quiere decir que ellos están preparados. No entrar a las casas. Determinar un número específico de cuadras por caminar. Una vez en casa, los padres deberán examinar los dulces para desechar los que no se vean seguros y racionar el número de golosinas que los pequeños se comerán por día.
Jorge Luis Zarazúa