Entro esta mañana en una habitación del hospital para dar la comunión a un enfermo, guarda cama por un pos-operatorio a corazón abierto.
Al final de la visita, me dice que su nieto de 16 años le ha escrito recientemente una carta o pseudo-poema mientras dormía, me la pasa.
La leo en voz alta y me pide perdón porque ha vuelto a emocionarse como la primera vez. Me parece tan entrañable que le pido permiso para publicarla, me dice que ¡hombre claro!
Aquí va. Hay tanta ternura, que estas cosas hay que ponerlas en circulación sí o sí.
Una persona diferente, grande cual gigante
Verte dormir tranquilo me relaja,
la vida es algo extraño,
no sabes cuándo sube o cuándo baja,
como las nubes, sólo somos vapor en este mundo,
pequeños cual partículas.
Pero hay personas diferentes, grandes cual gigantes,
que por los suyos no hay nada que se les ponga por delante.
y sí, te lo tengo que decir, tú eres mi referente,
una de esas personas
que al verte, lo triste se me olvida.
Si soy algo en esta vida, soy una parte de ti.
Sé que sólo te hace falta vernos para ser feliz,
y que pase lo que pase siempre estarás ahí.
Sangre de tu sangre, tú mi maestro y yo tu aprendiz.
No sólo me levantarás del suelo cada vez que me caiga
sino que también calmarás mi hambre
y me centrarás por cada vez que me distraiga.
Afrontas los problemas sin darles la espalda,
soy de los que siguen tus huellas cada vez que andas.
Y lo vuelvo a repetir, tú eres mi abuelo,
me incitas a insistir hasta conseguirlo,
endulzas mis problemas como un caramelo,
lo triste se me olvida cada vez que te veo,
y si soy algo en esta vida, es una parte de ti.
Te quiere
Hugo