Ramón Nonato, religioso mercedario, recibió su epíteto nonnatus (del latín no nacido) como consecuencia de haber sido extraído del vientre de su madre por cesárea tras el fallecimiento de la misma.
Por esta razón, es el santo patrón de las parturientas, niños, embarazas, matronas y también de las personas falsamente acusadas. Pocos son los datos fidelignos que se conocen sobre la vida de San Ramón, aclamado por la concesión de todo tipo de milagros.
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¿Quién es el santo apodado “No nacido”?
San Ramón nació en el seno de una familia noble en Portell, en las cercanías de Barcelona (España) en el año 1200. Descendía de padres virtuosos y nobles, emparentados con las familias ilustres de Fox y Cardona. Este santo nació en la Península Ibérica, sin embargo, San Antonio de Padua también nació en ella, exactamente en Portugal.
Desde muy temprana edad fue humilde, devoto, prudente y obediente a su padre, temeroso de Dios y cuidadoso de su conciencia, discreto en sus palabras, limpio en sus pensamientos y amado por cuantos le conocían.
Su progenitor proyectó darle una carrera civil, motivo por el que lo envió a Barcelona para que comenzara sus estudios, donde conoció al por entonces comerciante Pedro Nolasco, cultivando su amistad y comenzando a inclinarse al estado eclesiástico, lo que no fue del agrado de su padre.
Ante tal eventualidad, Ramón volvió a Portell para cuidar las fincas patrimoniales de la familia. Sería en contacto directo con la naturaleza cuando sintiera la llamada interior, desarrollando un intenso amor filial por la Virgen María, lo que hizo que las gentes le llamaran pronto el “hijo de María”.
Se dice que, mientras el joven Ramón se entregaba a la oración, el cielo acudía en su favor enviando un ángel para ayudarle y que fue la Santísima Virgen quien comunicara a Ramón su deseo de que ingresase en la Orden de la Merced, que se acababa de fundar en Barcelona para la redención de cautivos.
Historia del “hijo de María”
Finalmente, su padre le concedió el permiso para ingresar en la orden de los Mercedarios. Sus progresos fueron tan asombrosos que, solo dos o tres años después de profesar sucedió a San Pedro Nolasco, el fundador en el cargo de “redentor o rescatador de cautivos”.
Tal misión cambiaría el curso de la vida de Ramón que conocería innumerables penurias. Fue enviado al norte de África con una considerable suma de dinero y en Argel rescató a multitud de esclavos. Una vez se le hubo acabado el dinero, se ofreció como rehén a cambio de liberar a varios prisioneros que se hallaban en una situación desesperada y cuya fe estaba en peligro.
Sin embargo, el sacrificio del santo exasperó a los infieles, quienes lo sometieron a terribles castigos. No obstante, el magistrado principal temió que su muerte supusiera la pérdida de la suma estipulada por el rescate de los prisioneros a los que representaba y dio orden de que se le tratara con más humanidad.
Así el santo comenzó a salir a la calle, confortando a los cristianos y convirtiendo musulmanes. Cuando tal proceder llegó a oídos del gobernador lo condenó a morir empalado, pero nuevamente entraron en juego los intereses económicos, por lo que tal sentencia no se cumplió, no librándose de ser flagelado.
Sin embargo, tan cruel trato no desalentó a Ramón que continúo evangelizando y ayudando, lo que dio lugar a que fuera azotado en las esquinas de la ciudad y le perforaran los labios con hierro candente para ponerle un candado en la boca, cuya llave guardaba el gobernador.
En tan penosa situación vivió durante ocho meses hasta que San Pedro Nolasco pudo enviar a determinados miembros de la orden a rescatarlo. Por obediencia, el barcelonés volvió a España, donde terminaría siendo nombrado cardenal por el Papa Gregorio IX. Pese a ostentar un alto cargo, no cambió su sencilla vida ni sus humildes vestidos, así como tampoco su pobre celda.
Más adelante, el Papa le pidió que acudiera a Roma, emprendiendo viaje como el humilde religioso que se consideraba. Cuando llegó a Cardona, situada a unos diez kilómetros de Barcelona, enfermó y una violenta fiebre le hizo fallecer el 31 de agosto de 1940, fecha en la que se celebra San Ramón Nonato.
Cardona no tardó en convertirse en destino de peregrinaciones y el santo recibió sepultura en la capilla de San Nicolás de Portell. En 1657 el Papa Alejandro VII lo incluyó en el Martirologio Romano.
La comisión que nombró el Papa Benedicto XIV propuso la supresión del calendario general de la fiesta de San Ramón dadas las dificultades para encontrar documentos fehacientes sobre su vida.
Como curiosidad, decir qué significa San Ramón Nonato, Ra = divinidad y Mon= protegido. En cuanto al apelativo no nato, ya nos hemos referido a él al principio.
Cómo pedirle al santo de la discreción
Si tienes dudas sobre qué se le pide a San Ramón Nonato, has de saber que aparte de ser venerado primordialmente para proteger a las mujeres cuyos embarazos son de alto riesgo y cuando tienen lugar enfermedades o accidentes que ponen en peligro la vida de los bebés, también se le solicita encontrar niñeras y maestros de recta moral con un comportamiento ejemplar.
Es el santo patrón de todas las mujeres al dar a luz. Existe la creencia por parte de algunas personas de que conseguirán los favores del santo si le tapan la boca con un pañuelo o cinta, comportamiento que no es aceptado por la Iglesia, que entiende que la imagen de San Ramón ha de ser tratada con mayor respeto.
Se le pide por los recién nacidos, por los menores de dos años, por el buen término de los embarazos, sobre todo en aquellos casos en los que existen complicaciones, y como protección frente a injurias y envidias, al ser el santo que representa la discreción y aleja habladurías y chismes, descubriendo calumnias.
No es extraño por tanto que existan oraciones a San Ramón Nonato para pedir su protección, para quedar embarazada, para un feliz parto y para callar la boca, entre otras.
Oración a San Ramón Nonato para pedir su protección
“¡Oh! Glorioso San Ramón, a cuyo poder sometió Dios la tierra y los elementos, la salud y la enfermedad, la vida y la muerte, hallando en vuestra poderosa intercesión, abogado las doncellas, sucesión las casadas, defensa los que se ven calumniados, cosecha los labradores, puerto los náufragos, redención los cautivos, vista los ciegos y fin todos los males; por aquel vuestro ardiente deseo de recibir el Santísimo Sacramento, que obligó a Jesucristo a daros de sus benditas manos la sagrada Comunión, os suplico intercedáis por mí para que merezca frecuentar este celestial convite, y recibirle por Viático al fin de mi vida, y sobre todo que pueda obtener la gracia especial que os pido y la eterna felicidad de la gloria. Amén.”
Digno de mención es también su novenario especial de embarazadas, que se hace una vez al mes, a partir del mes en el que se tiene conocimiento del embarazado. El último mes se llevará a cabo el novenario de nueve días.
Novenario especial de embarazadas
“Oh San Ramón Nonato prodigioso. A Vos vengo movida de la grande benignidad con que tratáis a vuestros devotos. Aceptad, Santo mío, estas oraciones que de muy buena gana te ofrezco, en memoria de tus oraciones tan meritorias, que alcanzaron de Dios el que os haya constituido especial patrón de las embarazadas. Aquí está, Santo mío, una de ellas que se pone humilde debajo de vuestra protección y amparo, suplicándoos que así como se conservó siempre invicta vuestra paciencia en todos aquellos ocho meses en que fuiste tan singularmente martirizado con el candado y otras penas que pasasteis dentro de la tenebrosa mazmorra y en el mes noveno salisteis libre de todas aquellas prisiones, así Santo y abogado mío, os pido humildemente me alcancéis de mi Dios y Señor el que la criatura que está encerrada en mis entrañas se conserve en vida y salud por espacio de los ocho meses, en el noveno salga libre a la luz de este mundo, haciendo Vos, Santo mío, que así como el día que salió vuestra alma de vuestro cuerpo fue un día Domingo, que es día de gozo y regocijo, así el día de mi parto sea de todo contento y gozo, con todas aquellas circunstancias que Vos sabéis que más convienen a mayor gloria de Dios y vuestra y salvación de mi alma y la de mi hijo. Amén.”
Hay muchos santos conocidos a los que se les reza en situaciones difíciles de la vida. Por lo que es algo que lleva haciéndose muchísimos años.
Vídeo con oración a San Ramón Nonato para callar malas lenguas y enemigos: