Hoy hablaremos sobre los salmos para enfermos, a los cuales podemos recurrir en los momentos que pasamos por algún padecimiento que nos aflige y estamos buscando consuelo y sanación. En este post te mostraremos algunas plegarias que pueden ser muy efectivos en estos casos.

¿Qué son los salmos para enfermos?
Las oraciones son un medio de comunicación entre el hombre y nuestro Señor Dios, en el Antiguo Testamento se pueden observar diversas formas de oraciones, entre ellas los salmos que se destacaban por su forma práctica de himnos, en los cuales se recitaban alabanzas, gratitudes, entre otros aspectos, destinados a Dios Todopoderoso y que estaban inspirados por el Espíritu Santo. Los salmos se encuentran escritos en un libro de la Biblia y su finalidad es alabar y glorificar a nuestro Padre eterno.
En un principio los salmos fueron redactados por el Rey David, quien escribió un total de 73 salmos. Posteriormente se conocieron otros autores como Asaf, Salomón y Moisés. Si bien inicialmente se destinaban únicamente a alabar al Señor, al pasar los años se comenzaron a utilizar para poder ayudar a las personas según su problema en específico, ya que cada uno posee un significado diferente. Cada salmo se recita según la actitud de quien realiza la oración, el tema de la plegaría y su función en la liturgia o en la misericordia particular. Se pueden entender como un resumen del Antiguo Testamento, los cuales fueron escritos en forma de verso y posteriormente convertidos en oraciones.
En la Biblia se encuentran 150 salmos, pero en esta oportunidad nos centraremos en los más significativos para las personas que se encuentran padeciendo alguna enfermedad que los agobia, a fin de facilitarles un medio por el cual pueden conocer, alabar y dar gracias por la realidad de un Dios que no abandona al que en Él confía.
Los salmos describen de una forma extraordinaria nuestra vida, nuestros júbilos y esperanzas, nuestros sufrimientos y problemas, parece que estuvieran escritos en nuestro presente, para nuestro caminar.
A continuación te mostraremos los salmos para enfermos que debes recitar en estos momentos de angustia y aflicción. También te puede interesar: Oración a Jesús.
Salmos para enfermos
Por medio de los salmos, la Biblia ofrece diversas formas de aliento para las personas que se encuentran enfermas, ya sea por una pequeña gripe, hasta algo mucho más grave como una enfermedad crónica, gracias a los salmos podemos encontrar curación y sanación física. Existen muchos momentos de nuestra vida en que solemos pasar por una afección o uno de nuestros familiares o amigos más allegados pasan por eso, y decidimos recurrir a la fe que tenemos al Señor, a fin de suplicar por la sanación, ya sea de nuestro cuerpo y espíritu como el del familiar o amigo.
Sea cual sea el caso, es importante no perder la esperanza y entregarnos por completo a Dios, para que así él pueda ayudarnos, siempre nos escucha y podemos confiar plenamente en nuestro Padre, por ello no debemos dejar de recitar estos salmos para enfermos para implorar la ayuda misericordiosa del Señor.

Salmo 30 ‘’Te alabaré, porque me has librado’’
Señor, a ti aclamo e imploro la mayor misericordia de nuestro Señor.
Dime ¿Qué ganas con mi muerte? ¿Qué ganas con que yo descienda al sepulcro? ¿Te alabará y glorificará el polvo de los fallecidos?
Señor, imploro que me escuches y tengas piedad de mí; Señor, sé mi ayuda y mi salvación.
Transformaste mis aflicciones en alegres danzas, me sacaste del vestido de penitencia y me vestiste de regocijo.
Por eso, que mi alma cante y no se calle. Señor, Dios mío, yo te quiero alabar eternamente.
Salmo 30: ‘’A ti, Señor, me acojo’’
A Ti, Señor, me amparo, que no quede yo nunca defraudado; tú, que eres justo, ponme a salvo,
Inclina tú oído hacia mí, te suplico ven a librarme, conviértete en la roca de mi refugio, una fortaleza donde me encuentre a salvo,
Tú que te has convertido en mi roca y mi fortaleza; por tu nombre dirígeme:
Sácame de esta red que me han echado, porque tú eres mi más grande amparo.
A tus manos confío mi espíritu: tú el Dios, me librarás.
Tú que aborreces a los que veneran ídolos vanos e inertes, pero yo destino toda mi confianza en el Señor omnipotente;
Que tu misericordia sea mi gozo y mi alegría por haberte fijado en mi aflicción, y que velas por mi vida en peligro;
No me has dejado en manos del enemigo y has dirigido mi camino en un campo ancho.
Ten piedad, Señor, que estoy atormentado: mis ojos se decaen de aflicción,
Mi vida se está consumiendo a causa de esta aflicción y mis años en los quejidos; La fuerza que me queda desciende a causa del dolor y mis huesos se descomponen.
Mis enemigos alegres y los vecinos con irrisión, mis conocidos espantados: alejándose de mi cuando me ven por la calle.
Me han olvidado, soy inútil. Oigo los murmullos de la gente y mi terror se agranda, se suman en mi contra, queriendo usurpar mi vida. Pero mi confianza esta en ti, Señor; tú eres mi Dios.
Tu diriges mi camino, aleja a los enemigos que me persiguen;
Brilla sobre mí y sálvame. Te invoque, haz que los malos tengan vergüenza y desciendan al abismo del silencio; que los mudos sean los mentirosos y aquellos que manifiestan desfachateces contra el justo con altanería y ofensa.
Qué bondad tan grande, Señor, guardas a los que te siguen. Bríndaselas a los que a ti se acogen ante todos. En el refugio de tu presencia los escondes lejos de los hombres. Los mantienes ocultos de las lenguas belicosas.
Bendito el Señor, que ha sido misericordioso conmigo, mi corazón es una ciudad amurallada.
Yo decía en mi desconsolación: «Me has arrojado de tu vista»; pero tú me escuchaste cuando yo te gritaba. Amemos al Señor, todos los fieles; el Señor guarda a sus leales, y a los soberbios paga con creces.
Hay que ser fuertes y valientes, todos los que esperan en el Señor.
Si quieres saber más sobre los salmos para enfermos puedes ver el siguiente video: