Lo que aún no sabes de una relación madre e hija

Una relación de madre e hija, comienza desde el momento de la concepción, donde la hija comienza sus primeros contactos con ese ser maravilloso que es su madre, y que luego al nacer fortalece su relación mediante la lactancia, más tarde en su niñez, adolescencia, hasta que llega a ser adulta.

Relación madre e hija

Relación madre e hija

La relación de madre e hija, está envuelto principalmente por el sentimiento del amor, donde participa la confianza, la comprensión y la complicidad, teniendo finalmente una relación armoniosa y llena de grandes acontecimientos.

La relación entre madre e hija es un lazo afectivo que se alimenta de la confabulación mutua y de la fortaleza. La madre que tiene una hija lo percibe como un regalo valioso, al que con el paso de los días ayuda a crecer, desarrollarse, a formarse con libertad y felicidad, ser madre de una criatura hembra es encontrar razones que no tenían idea que existían dentro de sí.

Existen muchas mujeres que dicen, que cuando tengan hijas, actuarán de forma diferente a como fue su crianza, es decir que no cometieron las mismas faltas que lo hicieron su madre en la formación. (Ver Artículo: Escuela para padres)

Estudios realizados por expertos en materia de la relación entre madres e hijas, ha determinado que existe una fuerte transferencia de modelos emocionales entre sí, lo que las hace capaces de sentir emociones, sentimientos, dolencias y patologías de la misma manera.

Relación madre e hija

Razón por la que muchas madres e hijas son potencialmente comprensivas mutuamente. Igualmente, ésto puede establecer que la relación entre madre e hija no son las más adecuadas.

Las madres e hijas tienen una similitud anatómica en la parte del cerebro que rige las emociones, por lo que la relación entre ellas resulta ser fuerte e inquebrantable.

La relación que existe entre una madre e hija, es un nexo fundamental que puede llegar a influir inclusive en el peso corporal. El lazo afectivo materno con una hija, es uno de los más extensos, y si se quiere lo más conflictivos en la vida de una mujer.

Según resultados arrojados de estudios realizados por expertos, aseguran que los conflictos entre madre e hija comienzan a aparecer entre los tres y cinco años de edad, es decir la primera etapa de la infancia, y luego en la pubertad o adolescencia, que son etapas en la vida de un individuo en lo que salen a flote la propia identidad y el ser humano es emocionalmente sensible.

Relación madre e hija

Sin embargo, la relación entre madre e hija, generalmente suelen ser entrañables donde ambas son aliadas la una de la otra.

Las madres, representan el enlace más directo en la historia de la vida de sus hijas, y el significado de ser mujer. Las madres, son las principales protagonistas, quienes son el ejemplo y guía a seguir para conseguir su propia identificación y armonía emocional.

La relación de madre e hija, están fortalecidas de vibraciones, que luego se traducen en cómo pensamos, sentimos y de nuestro comportamiento. Cuando las niñas tienen aproximadamente cinco años de edad, las madres son el modelo para ellas, se quieren maquillar, vestir y usar los mismos zapatos que usan las madres, porque desean verse igual que sus progenitoras.

Un nexo afectivo y sano entre la madre y la hija, asegura relaciones en su futuro que están llenos de confianza, y le transmitirá seguridad a sí misma, lo que la apoyará en momentos de solucionar situaciones ante conflictos.

Relación madre e hija

Todo esto, permite que la hija desarrolle parámetros mentales en lo que relaciona a su madre con emociones y sentimientos de afecto, seguridad y tranquilidad. Un abrazo en la conducta humana, siendo natural por siempre será una demostración de afecto sincero y agradable.

Cuando las madres abrazan a sus hijas, éstas se sienten seguras y con confianza, son aquellas que tienen la habilidad de desarrollar el arte de amarse a sí mismas y amar a su prójimo con respeto y sincero afecto.

Importancia de la relación madre e hija

Estudios realizados por expertos, apuntan que una relación segura entre una madre y su hija, mientras que es pequeña interviene en su potencialidad para construir relaciones saludables durante su existencia.

Aseguran que cuando los primeros nexos entre la madre y la hija, son fuertes y seguros, la persona tiene la capacidad de mantener buenas relaciones sociales; si hubiese ocurrido lo contrario que durante la infancia hubo ruptura emocional con la madre, la carencia de afecto y cuidado, genera en la hija una personalidad indiferente, no es amorosa e insensible ante la sociedad.

Entonces, la importancia de la relación entre madre e hija, se fundamenta en la complicidad desde que la niñez, la comprensión mutua, que es vital para que vivan una relación mágica. En la que participan sin condiciones, con un amor sin límites, donde existe la aceptación, el respeto, y que se valoren y admiren mutuamente.

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La relación entre la madre e hija, está compuesta de complicaciones, tanto para la madre como para la hija, por lo que un lazo demasiado estrecho y nada flexible puede perjudicar la relación.

Por lo que es importante, que la madre y la hija lleguen a un momento que la identificación entre ambas, tenga libertad y cada una tome sus propias decisiones, para que cuando suceda la separación donde inicien sus actividades, no se presenten emociones que perjudiquen la relación.

Tipos de relación entre madres e hijas

El amor entre madre e hijas, es un afecto que puede mantener una relación encubridora, a través de la mirada, un gesto, una palabra, sin embargo, en el transcurso del crecimiento de la niña, va sintiendo la necesidad de su propia libertad, y de contar con sus propios espacios privado.

Relación madre e hija

Todo esto, viene acompañado de la actitud, así como el tipo de madre que viene dado por la formación y crianza que recibieron en su hogar, y todos éstos se fundamentan en el estilo de educación que le impartieron sus madres.

Entre estos estilos de madres, se pueden mencionar a las: controladoras, narcisistas, asfixiantes, protectoras, perfeccionista, tóxica, cómplice, la que compite,  sin embargo, todas tienen un mismo objetivo de ser las mejores madres y amar a sus hijas. (Ver Artículo: Conflictos entre padres e hijos)

Las controladoras: es aquella relación donde la madre es dominada por el control, y no sólo se debilita ella, sino igual lo hace con. Es la que desea y hace lo posible por buscar solución a todo, y las hijas se sienten perdidas al momento de tomar sus propias decisiones. Su forma de expresar el amor que siente es a través de la sobreprotección.

Las narcisistas: se refiere al tipo de crianza, donde la relación se fundamenta en el control y ausencia de participación afectiva, es cuando la madre busca que la hija sea una semejanza de ella, en el nexo se observa el ego y la inseguridad, es una forma de relación que se da por la abnegación, obediencia y el desconsuelo.

Relación madre e hija

Las asfixiantes: se refiere al estilo de relación donde la madre continuamente se inmiscuye en la vida de la hija, no acepta que fracture  el estilo de vida que la han formado, siempre está atenta para la crítica, la hija representa para la madre una persona inmadura que es incapaz de afrontar sus propias decisiones en la vida.

Las protectoras: es el tipo de relación donde está presente el temor, y proyectan a sus hijas la falta de confianza. Es el tipo de comunicación donde traslada sus propios temores a sus pequeñas hijas. Los pensamientos que tienen las madres siempre suelen ser negativos del mundo que las rodea, sus pensamientos son desagradables que las hacen querer controlar todo.

Las madres que mantienen este tipo de relación con sus hijas, suelen ser aquellas que desde su infancia no se sintieron queridas, tienen carencia afectiva y falta de atención por parte de la madre. Siempre tratan de proteger a las hijas, para que no sufran de ningún peligro ni tampoco sienta temor.

Perfeccionista: es el tipo de relación donde la madre desea que todo sea perfecto, pero lamentablemente no existe la perfección, en algunos casos puede conllevar a relaciones de fracaso o decepción, se deben de respetar los intereses, habilidades, limitaciones, considerar y celebrar cada motivo de logro y éxito de las hijas.

Relación madre e hija

Las tóxicas: es el tipo de relación absorbente, así como puede generar daños emocionales en las hijas. Las madres con comportamiento tóxico, abordan el autoestima de las hijas y su crecimiento personal, porque le inculcan miedos, temores que las conlleva a ser infelices.

Las cómplices: es la relación donde la madre, desea ser la mejor amiga de su hija. Sin embargo, las madres deben tomar en cuenta que las hijas necesitan tener su propio espacio y actuar con libertad, no necesariamente deben ser un modelo de lo que es la madre.

Las que compiten: es un tipo de relación donde existe una permanente competencia entre la belleza y la juventud, puede llegar a transformarse en un tipo de lucha entre ambas.

Relaciones saludables y agradables

También existen los vínculos de madre e hijas, que son formidables, porque es un vínculo perpetuo que no se puede desenlazar. Se debe tener presente que cada hija tiene dentro sí algo su progenitora.

Para tener vínculos saludables y armoniosos, las madres e hijas deben conocer de qué forma la madre intervino en la historia de su vida. La madre es ese ser maravilloso, que te gesto en su vientre, y fue con quien tuviste tu primer contacto amoroso y te dio sustento.

La madre juega un papel importante, en las relaciones con sus hijas, desde que están niñas sienten la necesidad de que sus actuaciones sean aprobadas por su madre, quienes tienen el don de subirlas hasta la cima, mientras que si son rechazadas por la madre puede provocarles un sentimiento de dolor y fracaso.

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Relación madre e hija

Sin duda alguna, la relación de madres e hijas, es un vínculo que no conoce fronteras ni limitaciones, se trata de los lazos afectivos más puros y maravillosos que puedan existir.

Existen relaciones de madres e hijas, que están envueltas por la complicidad y el compañerismo, son confidentes y perpetuas amigas inseparables. Se compenetran de una forma que se conocen una mirada, saben interpretar mutuamente muecas y sonrisas, son especialistas en leer ojos y brillos, gestos, movimiento y comportamiento.

Las relaciones de madres e hijas, representan para algunas un amor inigualable, que es difícil calificar que no comprende ni acepta investigaciones. Es una relación donde todo funciona, o nada funciona, es tan especial que jamás desaparece.

Relación madre e hija

En las relaciones saludables y simpáticas de madres e hijas, suele ser maravilloso y bonito, no existen palabras para calificarlo. Es un sentir, que no se le encuentra explicación, lo único que se puede decir es que se siente a flor de piel, se experimenta y se debe de aprovechar de disfrutar a plenitud.

Una relación de madre e hija, que se comprende es aquel donde se comparten los mismos códigos y mensajes, que no necesitan de muchas palabras ni gestos para entenderse perfectamente. (Ver Artículo: Deberes de los padres e hijos)

Muchas madres e hijas, mantienen una relación como las mejores amigas, que para algunos no la conciben, sobre todo cuando se intercambian la vestimenta. Son las madres que siempre tienen el carácter alegre y divertido, se involucran sanamente en los aspectos de la vida de la hija.

Finalmente, podremos decir, que una relación de madre e hija, es aquella donde existe la confianza y complicidad, que viene dado desde la concepción y el nexo materno comienza con la gestación, que luego se fortalece con la lactancia.

Sin embargo, en la medida que el tiempo transcurre, comienza el proceso de cambios desde la adolescencia hasta la menopausia, son elementos que intervienen en la relación que puede que ocurran cambios y la relación se torne pesada.

Lo que sí es indiscutible, que no existe ninguna otra persona que te pueda entender, comprender y amar como lo hace una madre que te trajo al mundo, por lo que siempre se contará con una agradable y armoniosa relación de madre e hija.

Cómo prevenir relaciones dañinas 

Tanto las madres como las hijas, tiene su propio carácter y personalidad, por lo que muchas veces, no se tienen las mejores relaciones de armonía y comprensión, a lo que te mostramos algunas sugerencias que les pueden ayudar:

Relación madre e hija

  • La madre debe proponerse de no trasponer a sus hijas, el mismo comportamiento que recibieron de la formación de sus progenitoras.
  • Admite tus propias dolencias y conflictos, para impedir que este sufrimiento intervenga en el desarrollo de la vida de tu hija.
  • Prestar atención a lo que tu hija expresa, y relacionate con ella de manera efectiva.
  • Apoya para que tu hija acierte con sus propias respuestas, no se le debe obligar a que tu visión y respuesta sea la más correcta.
  • Las madres deben estar claras que no necesariamente lo que tu deseas, es lo mismo que las hijas desean.
  • Permite su espacio y distancia a las hijas, inclusive se deben dejar a que cometan errores, aun estando a su lado.
  • Asimila que tus hijas son personas íntegras, con defectos y virtudes, que merecen ser felices, y vivir su propia vida a plenitud, para que sean exitosas.

Aspectos para reforzar relación

La relación y el amor de madre e hija, es un afecto sincero, honesto y comprensivo, que se compenetra desde que es una niña hasta que llega a ser adulta, mostrando algún comportamiento reflejo de su madre, provista de belleza y con la sabiduría heredera de su madre. Sin embargo, existen algunos elementos importantes, que pueden ayudar a fortalecer la unión de madre e hija.

  • Estrechar abrazos fuertes y sinceros, ayuda una sana relación de madre e hija, les hace sentir seguridad, además desarrollan la capacidad de amarse y amar al prójimo.
  • Conocer el tipo de formación y estrategias que la madre utilizará para formar a su hija como una excelente mujer, que prevalezca en ella la independencia, sabiduría, y felicidad.

Relación madre e hija

  • La madre debe construir bases sólidas y fuertes, que las haga sentir orgullosas de la relación armoniosa con las hijas.
  • La madre debe estar obligada a ser cómplice a su hija desde la niñez, como la persona en quien confiar y compartir, sus alegrías y tristezas.
  • Las hijas, necesitan de madres que le demuestren seguridad, fortaleza, confianza y seguridad, además de ser la persona más cercana con quien contar.
  • Las hijas, poseen sus propios gustos y necesidades, que no necesariamente deben ser los mismos de las madres. Se viven épocas y tiempos distintos.
  • La madre debe aceptar con respeto el carácter y personalidad de la hija, su misión en guiarla y orientarla en el sendero que elija.
  • El hecho de ser madre, es un acontecimiento maravilloso, sin embargo, se debe tener presente que las hijas son personas individuales, que merecen respeto y tienen el derecho de vivir y tener la oportunidad de valerse por sí mismas.
  • La madre y la hija no deben de juzgarse mutuamente, deben de comprender que cada una viene de épocas y generaciones diferentes.
  • No se debe de bloquear la comunicación, aun cuando existan buenas relaciones, algunas veces, se presume que la otra persona conoce sobre lo que se piensa o se siente, cuando la verdad no es esa.
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RELACIÓN MADRE E HIJA

  • Las madres y las hijas no tienen la habilidad ni capacidad de leerse la mente, se debe ser transparente con lo que se piensa, para impedir malas interpretaciones, se debe tener presente el saber escuchar.
  • No se deben esconder resentimientos, se deben de resolver de inmediato, cuando se calla, se otorgan resentimientos, que lo único que hacen es dificultar la relación.
  • Que puede aportar cada una, para resolver conflictos, no se debe inculpar a ninguna ni señalar sus defectos.
  • Las hijas deben ser realistas, algunas veces las hijas esperan que sus madres sean las mujeres que no se cansan ni se enferman, menos que cometan algunas fallas. Deben recordar que las madres son mujeres de carne y hueso, sensibles y con sentimientos.
  • Respetar los límites de individualidad, una armoniosa relación de madre e hija, no quiere decir que estén de acuerdo y compartan todo ni los mismos gustos. Cada una, tiene su propio gusto y punto de vista, no se debe tratar de imponer lo que a cualquiera de las dos sea su preferencia.

Relación madre e hija

  • Si en la relación de madre e hijas, llegará a ocurrir discusiones o desacuerdos, no se debe de alimentar recordando el pasado, con el sólo hecho para herir a la otra persona y que se cree que justifique el comportamiento.
  • Igualmente, no deben intervenir terceras personas, a menos que se trate de expertos que ayuden a solucionar. La interferencia de otros miembros de la familia traería como resultados unos efectos negativos, que no mejorarían la relación de la madre y la hija.

Para que se desenvuelven en el mundo y la sociedad como seres capaces y seguros, la madre comprensiva debe de apoyar y compartir experiencias con la hija, donde le apoyará con consejos y amor, así como confianza para que en su porvenir sea una mujer exitosa y la madre se sienta orgullosa, que finalmente disfrutará de una buena relación que cosechó desde su niñez con su hija.

La única verdad, es que las madres e hijas están y permanecen unidas por lazos de complicidad, fortaleza y amor.  Aunque existen conflictos, que es normal en la trayectoria de sus vidas, pero el afecto es más fuerte y saldrán airosas. Estas generaciones de madre e hija están enlazadas por la comprensión, el afecto y la empatía.

Resumen

Las relaciones de madre e hijas, vienen desde la niñez de la hija, donde las madres constantemente suelen ser maestras, además de llenarlas de vigor y energía, valores y confianza que las forman como seres espectaculares.

Mientras que las hijas pasan por la etapa de la infancia, tienen una relación amigable, cercana y fluida con sus progenitoras, les cuentan sobre lo que vivieron en el día, de las amigas, amigos, colegio, juegos, lo que les agrada y que no les gusta.

La madre siendo la principal protagonista, en la relación con sus hijas, es la que sirve de modelo y guía, son las que les da confianza, y muchas necesitan la aprobación de las madres.

Es uno de los hechos más significativos de la infancia, una vez que entran a la etapa de la adolescencia, la relación se va transformando paulatinamente, y en el caso que no se haya gestado un nexo afectivo fuerte, puede ser que la relación se vuelva insoportable, es cuando la interacción comienza a perder sentido, y se termina la comprensión, y lo que fue armonioso, agradable y amigable, se vuelve frío y distante.

Relación madre e hija

Por lo que desde un principio es importante, establecer la buena comunicación entre madre e hija, donde los cimientos estén formados y fortalecidos por el amor, la confianza, la seguridad, y compartir momentos y acontecimientos que queden en el recuerdo y en la memoria, que le darán fortaleza a una relación tan significativa como es la de una madre e hija que finalmente nada  las reemplace.

En las relaciones de madre e hija, lo importante y lo que prevalece es el reconocimiento y el valor que tiene todos los acontecimientos desde el más pequeño hasta el más grande.

Las relaciones de madre e hija es un tesoro, una necesidad, y acontecer vital en la vida cotidiana que viene enlazada desde la concepción, la niñez, la adolescencia hasta que se llega a la edad adulta. Siempre, envueltas por el sentimiento más sublime y hermoso que pueda existir entre una madre e hija como es el amor.

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