¿Cómo saber si tengo TID? El trastorno de identidad disociativo, anteriormente conocido como trastorno de personalidad múltiple, es una enfermedad psicológica complicada que puede ser inducida por una variedad de razones, incluido un trauma infantil traumático (generalmente abuso físico, sexual o emocional que es extremo y repetido).
¿Qué es el trastorno de identidad disociativo?
El trastorno de identidad disociativo es un tipo severo de disociación, que es un proceso mental que provoca una pérdida de conexión entre las ideas, recuerdos, sentimientos, vocaciones o sentido de identidad de una persona. Se cree que el trastorno de identidad disociativo es causado por una combinación de variables que tienen la capacidad de integrar el trauma experimentado por el individuo con la enfermedad.
La apariencia de disociación se considera un mecanismo defensivo en el que el individuo del otro lado de la línea se retira o se separa de una circunstancia extremadamente violenta, traumática o desagradable para reconectarse con su yo consciente.
Reconocer el TID
Se diferencia por la presencia de dos o más identidades únicas o divididas o estados de personalidad, todos los cuales tienen un impacto en el comportamiento de un individuo.
También hay una amplia variedad de cambios en la memoria que pueden fluctuar con el trastorno de identidad disociativo. Aunque no todos tienen TID de la misma manera, ciertos “alter” u otras identidades tienen su propia edad, género o raza. Cada persona tiene su conjunto único de posturas, gestos y estilos de comunicación. Los alters son a veces personas imaginarias, ya veces son animales.
“Cambio” se refiere al proceso a través del cual emerge la personalidad de cada persona y afecta su comportamiento y pensamiento. La transformación puede tardar segundos, minutos o días. Ciertas personas prefieren una técnica que incluya hipnosis y en la que los múltiples “alteres” o identidades del individuo puedan reaccionar con éxito a las solicitudes del terapeuta.
Otras formas de percatarse
Pueden incluir dolores de cabeza, amnesia, pérdida de tiempo, trances y “vidas extracorpóreas”. Varias personas con trastornos disociativos son propensas al autocastigo, al autosabotaje e incluso a la violencia (tanto autoinfligida como dirigida hacia el exterior).
Alguien que sufre de un trastorno de identidad disociativo, por ejemplo, puede imaginarse a sí mismo haciendo cosas que normalmente no haría, como conducir a alta velocidad, conducir de manera peligrosa o robarle dinero a un compañero de trabajo o a un conocido, pero se siente obligado a hacerlo. Algunas personas describen este sentido como si fuera un pasajero en lugar del conductor en su cuerpo humano.
Dicho de otro modo, creen que no tienen otra opción.
Puntos fundamentales a tener en cuenta
- Despersonalización. Esta es una experiencia de estar desconectado del propio cuerpo humano, a veces conocido como “fuera corporal”.
- Desrealización. Esta es la sensación de que el mundo no es real, o que es borroso o distante.
- Amnesia. Esta es una falla en recordar información personal esencial que es tan significativa que no puede atribuirse al olvido general. Además, pueden ocurrir microamnesias en las que se pierde toda la discusión o se olvida el tema de una disputa clave de un segundo a otro.
- Perplejidad de identidad o variación de identidad. Los dos crean una sensación de ambigüedad con respecto a quién es una persona. Un caso de confusión de identidad surge cuando una persona lucha por comprender aspectos fundamentales de su vida, como sus puntos de vista políticos, religiosos o sociales, su orientación sexual o sus ambiciones profesionales.
Además de estas alteraciones visibles, el individuo puede experimentar distorsiones de tiempo, ubicación y situación.